
El Tribunal Constitucional (TC) confirmó en enero de 2025 el archivo de la demanda presentada por el comediante Jorge Benavides, quien buscaba revertir la prohibición de representar y difundir a su personaje ‘La Paisana Jacinta’. Esta decisión deja firme la sentencia que considera al personaje una representación racista que vulnera los derechos de las mujeres andinas.
Desde 2019, ‘La Paisana Jacinta’ ha sido el centro de un intenso debate legal y social. En ese año, la Corte Superior de Justicia del Cusco ordenó la suspensión definitiva del programa, señalando que la caracterización de Benavides reproducía estereotipos ofensivos y discriminatorios hacia las mujeres del mundo andino. El fallo en doble instancia concluyó que el personaje atentaba contra derechos fundamentales como la dignidad humana, la igualdad, el honor, y la identidad étnica y cultural.
Ante ello, Benavides intentó diversas vías legales para revertir el fallo. En su defensa, alegó que no fue notificado de manera física del proceso, sino únicamente de forma electrónica, lo que, según argumentó su equipo legal, le impidió ejercer adecuadamente su derecho a la defensa y apelación.
En 2020, el comediante presentó una demanda de amparo para anular el proceso judicial anterior y así abrir una nueva posibilidad de revisión. Sin embargo, tanto en primera como en segunda instancia, la demanda fue archivada por errores de procedimiento que, de acuerdo a los jueces, no fueron corregidos oportunamente.
A finales de marzo de 2024, Jorge Benavides compartió en sus redes sociales que su caso había llegado al Tribunal Constitucional, expresando su confianza en que los magistrados fallarían a favor de su «libertad de expresión artística». Pese a ello, el TC ratificó recientemente el archivo de su demanda, cerrando —al menos de manera temporal— toda posibilidad de que el personaje vuelva a ser interpretado o difundido en medios de comunicación.
La defensa de Benavides, liderada por el abogado Miguel Ángel Soria, cuestionó duramente la decisión del Tribunal. En declaraciones a Infobae, el letrado calificó el fallo como «un acto de formalismo extremo», argumentando que la demanda fue rechazada por no señalar una casilla judicial, un requisito que —según su opinión— “carece de sentido práctico” y contraviene el principio de elasticidad procesal que debe regir los procesos constitucionales.
“Por un mero formalismo que consiste en no haber podido señalar una casilla judicial que, en la práctica no sirve para nada, se ha incumplido con uno de los principios de los procesos constitucionales que ordena adecuar los formalismos con la finalidad de garantizar los derechos fundamentales”, señaló Soria.
Actualmente, la defensa ha solicitado que el propio Tribunal Constitucional revoque la resolución que confirmó el archivo, argumentando que las observaciones procesales fueron subsanadas correctamente. Hasta la fecha, este nuevo pedido permanece en trámite, a la espera de una resolución definitiva.
La polémica alrededor de ‘La Paisana Jacinta’ ha puesto en discusión temas fundamentales sobre los límites de la libertad de expresión artística y la protección de los derechos colectivos. Para diversas organizaciones sociales y de derechos humanos, el personaje encarnado por Benavides reproducía estereotipos nocivos que consolidaban la marginación cultural hacia las poblaciones andinas, especialmente hacia las mujeres.
Desde el fallo original en 2019, la suspensión de ‘La Paisana Jacinta’ ha sido celebrada como una victoria simbólica contra el racismo estructural que persiste en el país. Movimientos feministas y colectivos indígenas sostienen que la representación humorística de personas del Ande peruano a través de rasgos caricaturescos y actitudes estereotipadas perpetúa prejuicios históricos y contribuye a la discriminación social.
Por su parte, Jorge Benavides y sus seguidores han defendido el personaje como parte de una tradición de humor popular que, aseguran, no tenía intención de ofender, sino de reflejar realidades cotidianas con sátira. No obstante, este argumento no ha sido suficiente para revertir el consenso judicial que señala que los derechos fundamentales deben primar sobre las expresiones humorísticas que afecten a colectivos históricamente vulnerados.
El caso también ha abierto un debate más amplio sobre la responsabilidad de los medios de comunicación y los creadores de contenido en la construcción de representaciones culturales respetuosas e inclusivas. En un contexto donde las sociedades son cada vez más conscientes del impacto del lenguaje y de las imágenes, el humor basado en estereotipos étnicos y raciales enfrenta un escrutinio mayor.
Mientras tanto, Jorge Benavides continúa con otros proyectos humorísticos, adaptando su oferta a un entorno donde las sensibilidades sociales han cambiado de manera profunda en los últimos años. Aunque sus seguidores siguen reclamando la vuelta de ‘La Paisana Jacinta’, la posibilidad de un regreso parece lejana bajo el actual marco legal.
La resolución del Tribunal Constitucional marca un precedente importante en materia de protección de los derechos culturales y étnicos en el Perú. Más allá del caso específico de ‘La Paisana Jacinta’, el fallo envía un mensaje claro sobre los límites que deben respetarse en el ejercicio de la libertad de expresión cuando esta entra en conflicto con la dignidad de colectivos históricamente discriminados.
Por ahora, la figura de ‘La Paisana Jacinta’ permanecerá fuera del aire, simbolizando uno de los cambios más importantes en el panorama cultural y social del país en tiempos recientes.